jueves, 2 de octubre de 2014

PACIENCIA

     No es que no tenga palabra. La tengo. Y compromiso también.
     La rutina diaria y, sobre todo, la falta de la misma, hace estragos en mi capacidad de crear nuevas historias. Y no es que no las tenga. Les falta un poquito de trabajo, de trabajo de escritor.
     La tentación me hace ir para el lado de la narración de algunas historias casi verdaderas donde lo más importante son sus personajes y no tanto lo que sucede en ellas. Pero decidí que no tengo ganas de que existan por aquí unos cuantos hijos de puta.
     La lista de personas queridas es, cada vez, menos extensa. Lástima no haberse quedado a vivir en la adolescencia. Es una pena no haber vivido en Londres y dejar la ventana abierta. Nunca tuve oportunidad de mudarme a la la Isla del Nunca Jamás. Quizás soy un poco injusto con este señor que me mira desde el espejo. Un poco harto, sospecho, el espejo.
     Se acumulan las historias que me piden unas horas de trabajo, pero también unas horas donde lo único urgente sean solo ellas.

     Está la de la bruma en Barcelona y la huida de tres amigos hacia las alturas del Tibidabo.
    
     Está la del tipo que nota que van desapareciendo cosas a su alrededor, primero el desodorante, al otro día un par de zapatos. Lo desconcertante es cuando descubre, fumando un cigarro desde el balcón de su casa, que falta un edificio en la línea del horizonte que conoce de memoria.
     
     Hay otra historia que tengo escrita en la solapa de un libro que no puedo encontrar y sospecho que está en una de esas cajas apiladas sobre el armario.


     Unos días más.

4 comentarios:

  1. Sí que está difícil escribir, Germán.

    Aquí estamos todos más o menos como siempre, menos Francesc Bon. Ahora Francesc no es Francesc sino el hombre del saco.

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  2. El texto está espectacular, Germán. Es-pec-ta-cu-lar.

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  3. HOLA HIJO...Los que alguna vez pisamos las veredas de Buenos Aires, cruzamos la 9 de Julio sorteando paragolpes, los que caminamos al borde del Lago de Palermo, nosotros que sabemos "del barrio" y tambien paseamos mirando el amanecer en la costa de Mar del Plata nosotros y vos que sabemos "la costumbre de vivir"...tambien podemos "regresar a palabras con viejas historias", beso hijo...

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